Se dejaba tentar por Satanás, y los ángeles le servían

Domingo, 22 de Febrero. I de Cuaresma

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
-«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Comentario

Lo primero es que “El Espíritu impulso a Jesús a retirarse al desierto.” El desierto es signo de retiro para repensar, para revisar, para meditar, cual es el proyecto de Dios, hacia donde nos quiere llevar, recordemos al pueblo de Dios, que antes de llegar a la tierra prometida, tuvieron que hacer un largo viaje, cuarenta años por el desierto. A esto va Jesús, a dejarse enseñar de su Padre. Así, debe ser para nosotros este tiempo de la cuaresma que comenzamos, un tiempo de desierto, de discernimiento del proyecto de Dios en la vida de cada uno.

Los cuarenta días, tentado por Satanás, nos define ese camino de discernimiento, que tiene dentro de si una experiencia de lucha interior entre el bien y el mal. Discernir es, mirar el bien y el mal, para poder desechar, vencer el mal y quedarnos con el bien. Esa es también la cuaresma, un tiempo de desierto para poder poner en la balanza, lo bueno y lo malo, para poder decidir con libertad y convicción.

Luego viene el gran momento, el de las decisiones, el de la salida, en el que se cruza a Galilea, al otro lado del Jordán, es el camino hacia la vida, hacia la pascua. La cuaresma es para redescubrir y a decidirnos hacia donde queremos llevar la vida, siguiendo a Jesús, camino, verdad y vida. El Jordán, que debe ser cruzado para llegar a Galilea, nos invita a asumir con mayor claridad la vida nueva que se da en la inserción en la vida de Jesucristo. Cuaresma es para emprender el camino hacia la vida.

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