A ti, que quizá por una casualidad, has encontrado este espacio, que quiere ser de esperanza y de luz, en medio del ruido y de las prisas de la vida. Párate un momento y reflexiona, piensa que Dios tiene algo preparado para ti.
El inicio de cada jornada es un regalo y una gracia, una nueva oportunidad para empezar de nuevo, y continuar con alegría el camino de la vida que cada cual hemos de recorrer.
No estamos solos, nunca estamos solos, Dios nos acompaña siempre, y en el hombro de algún hermano nuestro, podremos reclinar la cabeza y descansar, sobre todo reflexionar y compartir, que tanto nos ayuda.
Santo Domingo recorría los caminos hablando de Dios. Su consigna era siempre: Predicar, eso sí, desde la compasión y la misericordia, porque quien quiere vivir para los demás desde Dios, necesita un corazón grande y unos ojos bien abiertos para saber captar lo esencial. Nosotras, desde nuestras vidas consagradas al AMOR queremos transmitir lo que de El recibimos, y compartir sencillamente: nuestra vida en comunión. Aquí encontrarás sencillas reflexiones al evangelio de cada domingo, de las fiestas litúrgicas más importantes, de nuestro ser como Familia dentro de la Orden de Predicadores. Ojalá sea un pequeño grano de trigo, que sembrado en buena tierra, dé lugar a la espiga que después se hará PAN para todos. La casualidad no existe. Dios se hace presente en ti, en tu vida y en este momento.
Si quieres, puedes. Empuja la puerta y entra…