CREEMOS EN LA IGUALDAD Y EN LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS
Manos Unidas, la ONG de desarrollo de la Iglesia Católica Española para la promoción y el desarrollo de los países empobrecidos, celebra, en este 2019, su 60 aniversario. Sesenta años luchando contra el hambre, la pobreza, la exclusión y la falta de compromiso en la construcción de un mundo más justo y solidario.
Durante estos 60 años, su trabajo se ha centrado en acompañar y apoyar proyectos de desarrollo agrícola, sanitario, educativo, social y de promoción de la mujer, en los lugares más deprimidos y con las comunidades más empobrecidas. Además, a través de la educación para el desarrollo, han trasladado a la sociedad española una diversidad de acciones encaminadas al cambio de estructuras, de comportamientos, actitudes y valores que favorezcan el avance hacia una sociedad más justa y fraterna.
La defensa de los derechos humanos ha formado parte de la misión de Manos Unidas desde sus inicios. 2019 es el primer año de un trienio que dedicaremos a la promoción de estos derechos para garantizar la dignidad de las personas.
Ya en 1968, las mujeres que inspiraron nuestro trabajo denunciaban el incumplimiento de los derechos humanos, pese a estar legalmente reconocidos, a través del editorial del primer boletín de ese año. En primer lugar, destacaron el derecho a vivir, es decir, el de disponer de la alimentación indispensable; el derecho al trabajo con una remuneración justa; el derecho a la instrucción y a la educación; al libre ejercicio de
la religión, al descanso, a la libertad de residencia, el derecho de los seres humanos a su propia dignidad… derechos por los que Manos Unidas ha venido trabajando a fin de remediar el “Hambre de Pan, el Hambre de Cultura y el Hambre de Dios”.
A través de la Campaña “Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas”, queremos incidir en algunos ámbitos esenciales para alcanzar una vida dignay hacer efectivo el derecho al desarrollo. Para ello, promoveremos el derecho a la alimentación, a la educación, a la salud, al agua y el saneamiento y potenciaremos la igualdad para las mujeres. A ellas, las más pobres entre los pobres, dedicaremos una mirada especial este año.
En Manos Unidas apostamos por un modelo de desarrollo que descanse sobre la dignidad de las personas, de manera que, puestas en el centro, orienten todas las acciones y decisiones económicas, políticas y sociales. Animamos a otras organizaciones sociales, y a las personas que nos escuchan, a que se sumen a este reto, aportando fondos, esfuerzos y compromiso.
Nos comprometemos a seguir transmitiendo a la sociedad mensajes que nos inviten a colaborar en el impulso de una mentalidad y unos hábitos de vida más acordes con el reparto equitativo de los bienes. Y a seguir trabajando con las comunidades a las que acompañamos en los proyectos
para que conozcan sus derechos y puedan reclamarlos y disfrutarlos.
Y hacemos nuestras las palabras del papa Francisco en la Jornada Mundial de los Pobres. Queremos ser esas “benditas manos que se abren para acoger a los pobres y traer esperanza” y convocamos a cuantos quieran unir sus manos a las nuestras. Es un gran reto que exige una gran fe en lo humano, un compromiso coherente en el servicio a los demás y una confianza esperanzada en que un mundo más fraterno es posible.