Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
« Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado A pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza. De día grito, Dios mío, y no me respondes. Grito de noche, y no me haces caso.